Agitación Política en Chile Provoca Protestas a Nivel Nacional

Kristine Villarroel, Life Editor

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Desde el 14 de Octubre, manifestantes en Chile han estado demandando un cambio radical en la estructura socioeconómica del país. El 25 de Octubre, Chile tuvo la protesta más grande de su historia con más de 1.2 millones de personas llenando las calles de Santiago, de acuerdo a BBC Mundo. Los Chilenos protestaron la subida por 30 pesos (o 4 centavos estadounidenses) de la tarifa del metro de Santiago, que llegó a un máximo de 830 pesos (o $1,17 estadounidenses), causada por la desvalorización de la moneda y por un incremento en los precios del combustible. Las protestas causaron un paro nacional y llevaron al presidente a declarar un estado de emergencia.  

Los protestantes se han encargado de aclarar que no son los 30 pesos los que causaron la situación, sino los últimos 30 años de desigualdad económica del país, como reportó DW. La última edición del informe Panorama Social de América Latina de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de 2017, el 26,5% de la riqueza neta del país pertenecia al 1% más adinerado de la población, mientras que solo el 2,1% de la riqueza neta pertenecía a el 50% de los hogares con menos ingresos. 

Con un sueldo mínimo de 301.000 pesos ($423 dólares estadounidenses) y la mitad de los trabajadores recibiendo un sueldo igual o inferior a 400.000 pesos ($562 dólares estadounidenses), los chilenos declaran que el aumento a la tarifa del transporte público es un abuso a la clase media y baja de parte del gobierno. De acuerdo a BBC Mundo, las familias de más bajos recursos pueden gastar hasta un 30% de su salario mensual en transportarse, mientras que dentro de un nivel socioeconómico más alto, este gasto suele ser de menos de 2%. 

“Esto viene desde el gobierno de Pinochet,” dijo el ex-alumno de Palmetto Luis Ahumada, quien actualmente se encuentra en Chile. 

En compañía a la desigualdad económica, los chilenos protestan por los poderes que la constitución de 1980, escrita durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, le da al gobierno. De acuerdo a Reuters, la constitución le permite al gobierno tomar medidas militares contra el pueblo, limita las protecciones a derechos sociales y minimiza la participación cívica en la democracia. 

“Nunca de ha cambiado y nunca se ha adaptado. Fue escrita por un gobierno militar y se basa mucho en [el uso de] la fuerza,” dijo Ahumada. “La gente [de] Chile estaba consciente de que eso estaba allí, pero nadie hizo nada porque no sentían que les estaba afectando [hasta ahora].”

Desde que comenzaron las manifestaciones, el gobierno ha utilizado a las fuerzas armadas para minimizar las protestas. Una de las medidas más agresivas tomadas por el gobierno de Sebastián Piñera ha sido la imposición de toque de queda en la capital del país, Santiago. 

Aun así, algunos rechazan las acciones de los manifestantes que han quemado estaciones de metro, bancos, supermercados, iglesias, y las sedes de una de las compañías principales de electricidad, como lo reportó Reuters

“Ya llegar al punto de quemar o rayar o robar, ya nada justifica lo que han hecho,” dijo la estudiante chilena del doceavo grado Teresita Diaz. “Se está llevando a un nivel muy extremo. No es manera de demostrar las cosas.”

Con 21 muertes y miles de heridos, los ciudadanos atribuyen el abuso del gobierno como culpables. Algunos incluso han denunciado torturas en una de las estaciones principales de la capital. Muchos ahora denuncian que la policía le está disparando perdigones a los manifestantes, cegándolos, como lo reportó el New York Times; informes estiman alrededor de 200 heridos. 

“Los policías están abusando del poder que tienen porque la única manera de lidiar con violencia es con más violencia,” dijo Díaz. 

De acuerdo a una denuncia recibida por el Instituto Nacional de Derechos Humanos, la estación de Baquedano estaba siendo usada para torturar a manifestantes detenidos, como informó Cooperativa

“La gente no quiere ver mas violencia, nadie lo quiere,” dijo Ahumada. 

El 6 de Noviembre, el presidente Piñera firmó un proyecto de ley que le aumenta al salario mínimo 49,000 pesos ($66.15 dólares estadounidenses) con el propósito de beneficiar al 90% de hogares más vulnerables, de acuerdo a CNN Chile. Sin embargo, la medida no responde satisfactoriamente a las demandas de los manifestantes de una economía más justa. En los días siguientes, el valor del peso chileno se desplomó a un mínimo histórico, con el valor del dólar estadounidense equivaliendo más de 800 pesos, 10% más alto que a mediados de Octubre, de acuerdo a  U.S. News and World Report.

El 10 de Noviembre, el Presidente Piñera anunció que iniciaría el proceso para escribir una nueva constitución en respuesta a las agitaciones políticas, reportó el New York Times.

“Más que [cambiar] la constitución, es escuchar a la gente,” dijo Ahumada. “Simplemente la gente quiere humanidad.”

 

English translation:

Since Oct. 14, protesters in Chile have demanded a radical socioeconomic change in the country’s socioeconomic structure. On Oct. 25, Chile had its largest protest in history, with over 1.2 million people flooding the streets of Santiago, according to BBC Mundo. The people of Chile protested the 30 pesos rise (four U.S. cents) in the cost of Santiago’s metro fare. The cost is now at a record high of 830 pesos ($1.17 U.S. dollars) due to  a weakening currency and a rise in fuel costs. The protests caused a nationwide shutdown and led President Sebastian Pinera to declare a state of emergency. 

The protesters made sure to clarify that the 30 pesos were not the cause of the situation, but the past 30 years of economic inequality in the country, as reported by DW. The latest edition of the Social Panorama of Latin America report by the Economic Commission for Latin America and the Caribbean (CEPAL) from 2017 reports that 26.5% of the net wealth of the country belonged to the richest 1% of the population, while only 2.1% of the net wealth belonged to the bottom  50% of the population. 

With a monthly minimum wage of 301,000 pesos ($423 U.S. dollars) and over half of workers earning 400,000 pesos ($562 US dollars) or less, Chileans declared that the increase in public transportation price  represents an abuse of the middle and lower classes by the government. According to BBC Mundo, the lowest-earning families can spend up to 30% of their monthly income on transportation, while families in  higher income bracket only spend 2% on transportation.

“This has been coming since Pinochet’s government,” Miami Palmetto Senior High School alumnus who currently resides in Chile, Luis Ahumada, said. 

Along with the economic inequality, Chileans are protesting the extensive powers the government has under the constitution written in 1980 during the military dictatorship of former leader Augusto Pinochet. According to Reuters, the constitution allows the government to take military measures against the people, limit protection of social rights and minimize civic participation in the democracy. 

“It has never been changed and it has never been adapted. It was written by a military government and it is based around [the use of] force,” Ahumada said. “The people of Chile were aware that it was there, but nobody did anything because they did not feel like it was affecting them [until now].”

Since the beginning of the movement, the government has used armed forces to minimize the protests. One of the most aggressive measures taken by President Sebastian Pinera’s administration has been the imposition of a curfew in the country’s capital city, Santiago. 

Still, some disavow the actions of the protesters, who have burnt metro stations, banks, supermarkets, churches and the headquarters of a major electricity company, as reported by Reuters.

“Getting to the point of burning, [vandalizing], or stealing nothing justifies that,” Chilean senior Teresita Diaz said. “It’s getting to a very extreme point. That is not the way to demonstrate things.”

With 21 people dead and thousands injured, citizens condemn the abuses of the government. Many are denouncing  the police’s practice of shooting protesters in the eyes with pellets, blinding them, as the New York Times reported. Reports estimate around 200 injuries caused by this type of weapon. 

“The police [are] abusing the power [they have] because the only way to fight violence is with more violence,” Diaz said. 

Some have even come forward to denounce the torturing of protesters in one of Santiago’s main metro stations. Cooperativa reported that the National Institute of Human Rights received a complaint that the government was using the metro station of Baquedano, one of the city’s principal lines, to torture detained protesters. 

“The people don’t want to see more violence. Nobody wants it,” Ahumada said.

In response to this crisis, President Pinera signed a bill on Nov. 6 to raise the minimum wage by 49,000 pesos ($66.15 U.S. dollars) with the purpose of benefiting the 90% most vulnerable households, according to CNN Chile.  However, this measure does not satisfy protester’s demands for  a more equal economy. Following the measures, the Chilean peso sank to a historic low, with one U.S.  dollar equivalent to more than 800 pesos, 10% higher than in mid-October, according to U.S. News and World Report

On Nov. 10, President Pinera announced that he would initiate a process to draft a new constitution in response to the turmoil, reported the New York Times.

“More than being about changing the constitution, it’s about listening to the people,” Ahumada said. “The people simply want humanity.”